Invertir en la formación de los empleados ayuda a las empresas a crecer internamente y les proporciona una ventaja competitiva. En cualquier empresa o sector, contar con una plantilla competente en lo que hace permite reducir las horas de trabajo y aumentar el rendimiento.
Diferentes puestos de trabajo, equipos y departamentos requieren diferentes tipos y grados de formación, que deben adaptarse a sus necesidades. En el sector minorista, como en otras industrias, estar al día y bien formado marca la diferencia, ya sea para la gestión, las ventas o la promoción.
El promotor, y generalmente el equipo de campo, son los responsables de poner en marcha el plan creado por el equipo de oficina, a pesar de ser uno de los últimos eslabones de la cadena de mando del marketing comercial. Además, con frecuencia actúan como embajadores de la marca para la empresa y están muy cerca de la mercancía y de la sala de ventas.
Es muy común que los empleados no estén capacitados y actualizados con la frecuencia necesaria debido al número de personal, su dispersión y prioridad de su estancia, así como el trabajo en el PDV; en ocasiones, incluso por el tipo de trabajo, no se les da la relevancia que realmente tiene su labor. Sin embargo, la realidad es muy diferente, ya que el promotor se enfrenta a diario a diversas dificultades y situaciones en sus tiendas, entre las que se incluyen:
- Encontrar nuevos métodos de negocio para garantizar la correcta exposición del producto.
- Ajustarse a las modificaciones en las tiendas, como cambios en el número de espacios por temporada, el tamaño de las estanterías y otros factores.
- Establecer prioridades para las circunstancias y las acciones, y elegir el mejor método y canal para comunicar incidencias u oportunidades que deba aprovechar o solucionar.
- Ejecutar acciones de forma flexible y adicional, y recopilar datos para hacer visibles su actuación y su plan.
- Controlar, mover y equilibrar el inventario para evitar que los establecimientos pierdan transacciones.
- Apoyar al cliente, mantener a raya a los responsables de la tienda y, en ocasiones, ofrecer incluso detalles precisos sobre los productos.
- Observar los cambios en la tienda, la marca, los rivales y la estrategia.
Para ayudar a los promotores, demostradores y demás personal de punto de venta a reaccionar ante diversas situaciones de forma ágil, debe ser prioritario mantenerlos formados, actualizados y evaluados. Al fin y al cabo, deben negociar constantemente, prospectar clientes, ocuparse del posicionamiento de la marca y garantizar una ejecución impecable.
Es aún más crucial hacer más eficaz el trabajo y los recursos de la marca, porque los recientes cambios introducidos por la legislación y la normativa para evitar la saturación de personal plantean nuevos retos a todos los niveles de la estrategia y la ejecución.